sábado, 2 de julio de 2016

querido darío

esta mañana se me pinchó la rueda delantera de la bicicleta a 7 kilómetros de casa y a 3 kilómetros de la única bicicletería que existe en el planeta
entonces la dejé atada a un poste de luz y caminé hasta la estación de servicio más cercana y volví con un bidón de nafta  y rocié nafta en el medio de la nada pero no demasiado cerca de la bicicleta y luego me prendí un cigarro y lo fumé en posición maquiavélica misteriosa y sospechosa y luego caminé dándole la espalda al charco de nafta y con esa colilla prendida hice estallar la nada misma y creé una situación de la que yo sola fui testigo.

las treinta cuadras que caminé junto a mi bici fueron pacíficas
sentí que adentro mío tampoco había nada y que la posible bola de ira que podría haber sentido la había extirpado en mi acto de fuego,
de camino pasé por la misma estación de servicio y me compré un refresco de soda de cereza y me lo tomé y eructé,
le dije a la bici que ya no quedaba mucho dentro de mí  y que pronto me iban a dar ganas de hacer pis e íbamos a tener que parar al costado de la ruta
le reproché no tener pico de auto para poder haber sido inflada en una estación de servicio
luego sentí empatía por ella, por estar vacía y no tener aire en la rueda delantera.

caminamos calladas pero ella me cantó una cumbia lenta o según el ritmo que yo le imprimiera,
lloré diciéndole no sé por qué tuvimos que llegar tan lejos,
a su manera ella me respondió que fue por vos que fue para poder mandarte una carta contándote una aventura,
planeaba decirte que había llegado a un lugar especial y ahí me había sentado a hacer algo
planeaba tener ideas que me dictaran poesías geniales que solo podrían nacer en ese estado de naturaleza
en cambio te escribo una carta de alquitrán
que no te voy a mandar nunca porque estoy vacía y no tengo nada que decirte y lo único que puedo hacer es hablar de mis pretensiones.

la bici me sugirió que fui muy egoísta y que no debía exigirle cosas a ella que no es más que un objeto inanimado al que uso,
y luego me sugirió algunas analogías:

1) vos y ella : no tengo por qué pretender que vos me transportes a lugares mágicos. estoy vacía y no me pasa nada y la única manera de que nos pasen cosas es yéndonos al pasto.
2) jugar con nafta y escribir:
 simulacros emotivos para mí misma.
3) eructos rosas, pudor de bajarme los pantalones estando sola :
problemas gástricos y ansiedad socioevaluativa.


chau

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